DEL SUICIDIO AL PARAISO
Un testimonio que relata la realidad de muchas personas que tienen la intención de suicidarse.
"Cuando intenté suicidarme había tocado fondo…"
Mi historia es bastante interesante y me siento orgullosa de poder compartirla. He sido una mujer que, aparentemente, lo tenía todo en la vida: muchas amistades, lujos, viajes, trabajo, fiestas… Todo un sinfín de placeres. Pero la realidad es que existía un gran vacío dentro de mí que intentaba ocultar, maquillando esa enorme tristeza con todo tipo de cosas. Y sucedió lo que tenía que suceder: un día, sin darme cuenta, crucé una frontera en el tiempo, llegando al punto más caótico y desagradable al que puede llegar el ser humano en su existencia. Hablo del colapso total. Y así fue cómo me hundí en la depresión; no lograba conseguir tranquilidad, padecía de insomnio, ansiedad, estrés total y un sinfín de malestares que minaron mi existencia. De ser alegre me convertí en la mujer más amargada y antisocial del mundo, pues nada me apetecía ni me ajustaba. Con la ayuda de mi familia acudí a infinidad de psiquiatras que lo único que hicieron fue atiborrarme a pastillas para mantenerme dopada y de esa manera alejarme del mundo exterior. El resultado seguía siendo una vida sin ningún significado para mí, hasta que un día amanecí con la solución: quitarme la vida era la única posibilidad de acabar con ese padecimiento. Lo intenté y desperté en una clínica rodeada de sondas, médicos y policías que acudieron a un intento fallido de suicidio.
Al reaccionar pensé que si seguía respirando era por alguna razón, pero eso tampoco apartaba la tristeza de mí. Milagrosamente, fue el hecho de compartir mi terrible experiencia con una gran amiga, pues fue ella quien me aconsejó tomar el yajé (la ayahuasca colombiana, un remedio que usan los chamanes en la selva). Y acepté, no sin antes haberme preparado con un grupo de psicoterapeutas profesionales que me ayudaron a ir a la raíz del problema: mi niñez y varios traumas infantiles, algo que siempre he ido tapando hábilmente.
Mi historia es bastante interesante y me siento orgullosa de poder compartirla. He sido una mujer que, aparentemente, lo tenía todo en la vida: muchas amistades, lujos, viajes, trabajo, fiestas… Todo un sinfín de placeres. Pero la realidad es que existía un gran vacío dentro de mí que intentaba ocultar, maquillando esa enorme tristeza con todo tipo de cosas. Y sucedió lo que tenía que suceder: un día, sin darme cuenta, crucé una frontera en el tiempo, llegando al punto más caótico y desagradable al que puede llegar el ser humano en su existencia. Hablo del colapso total. Y así fue cómo me hundí en la depresión; no lograba conseguir tranquilidad, padecía de insomnio, ansiedad, estrés total y un sinfín de malestares que minaron mi existencia. De ser alegre me convertí en la mujer más amargada y antisocial del mundo, pues nada me apetecía ni me ajustaba. Con la ayuda de mi familia acudí a infinidad de psiquiatras que lo único que hicieron fue atiborrarme a pastillas para mantenerme dopada y de esa manera alejarme del mundo exterior. El resultado seguía siendo una vida sin ningún significado para mí, hasta que un día amanecí con la solución: quitarme la vida era la única posibilidad de acabar con ese padecimiento. Lo intenté y desperté en una clínica rodeada de sondas, médicos y policías que acudieron a un intento fallido de suicidio.
Al reaccionar pensé que si seguía respirando era por alguna razón, pero eso tampoco apartaba la tristeza de mí. Milagrosamente, fue el hecho de compartir mi terrible experiencia con una gran amiga, pues fue ella quien me aconsejó tomar el yajé (la ayahuasca colombiana, un remedio que usan los chamanes en la selva). Y acepté, no sin antes haberme preparado con un grupo de psicoterapeutas profesionales que me ayudaron a ir a la raíz del problema: mi niñez y varios traumas infantiles, algo que siempre he ido tapando hábilmente.
Mi gran guía, amigo, psicoterapeuta y casi padre, Alberto Varela, me dijo que debía tocar varios puntos para poder acceder al problema y así fue como decidí llevar a cabo una cantidad de talleres, entre ellos: constelaciones familiares, el TTP y, sobre todo, la ayahuasca, esta planta tan intensa y bendita, que no tendría palabras para describir. La verdad es que fueron un conjunto de cosas las que me ayudaron a salir de mi caos y ahora soy una mujer muy feliz.
Doy gracias a dios y a la naturaleza por haberme permitido tocar fondo. De no ser así no hubiera podido entrar en el reino de la espiritualidad y la profundidad de mi ser, no podría decir que hoy por hoy, yo, Nataly, es una mujer que ha vuelto a nacer. Una mujer llena de expectativas positivas, con una alegría indescriptible.
Doy gracias a dios y a la naturaleza por haberme permitido tocar fondo. De no ser así no hubiera podido entrar en el reino de la espiritualidad y la profundidad de mi ser, no podría decir que hoy por hoy, yo, Nataly, es una mujer que ha vuelto a nacer. Una mujer llena de expectativas positivas, con una alegría indescriptible.
Para mí es todo un honor compartir esta maravillosa experiencia y con mi testimonio me gustaría llegar a las personas que necesiten ayuda. Si yo pude, con lo complicado que era mi caso, puede todo el mundo. La vida es lo más hermoso que nos han dado, un precioso regalo. Por ello hay que vivirla al máximo, cargados de felicidad. Por todo ello quiero agradecer a Alberto y Paula que se hayan convertido en el punto más importante de mi vida. Por increíble que parezca, hay personitas que vinieron a este mundo para ayudar a los demás, y a mí. También agradecer a Alicia Algora, por su taller de constelaciones; a Óscar Gomez por el TTP, y a Adriana Sorina, que me volvieron a conectar. No tengo suficientes palabras para decir que mi estado ahora es perfecto.
Nataly, 25 años
Nataly, 25 años
Este testimonio lo escribió hace 4 años, actualmente tiene una hija de 1 año de edad.
INTEGRAR DIFERENTES TECNICAS Y TERAPÉUTAS DESDE UNA ÓPTICA INTERDISCIPLINARIA, ES UN MARCO ÓPTIMO PARA ACCEDER A LA EXPERIENCIA CON LA AYAHUASCA.
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