Egipto descubre el "Chico de oro", una momia cubierta de riquísimos amuletos
Arqueología
El sarcófago del chaval, de unos 14 años, llevaba casi un siglo en los almacenes del Museo Egipcio
Un total de 49 amuletos, treinta de ellos de oro, jalonan la momia de un chaval de catorce o quince años que vivió hace 2.300 años y que llevaba casi un siglo, intacta, en los almacenes del Museo Egipcio de El Cairo. Una máscara dorada cubría su cabeza, la lengua había sido suplida por una de oro, un cartonaje protegía el pecho y vestía sandalias: ya se le ha bautizado, a falta de su nombre real, como el “Chico de oro”, y es el descubrimiento que hoy se presenta en El Cairo y también en un artículo de la radióloga Sahar Saleem que este martes publica la revista Frontiers in Medicine.
Desde hoy, la momia dejará las catacumbas para ocupar un lugar de honor en la sala principal de la institución. La momia será exhibida junto a las imágenes obtenidas por tomografía computerizada, lo que permitirá comprender a la perfección lo que contiene el fardo.
Saleem, primera autora del estudio y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo, utilizó tomografía computerizada para "desenvolver digitalmente" la momia, sin tocarla, después de extraerla del doble sarcófago que la contenía. El exterior lleva una inscripción griega, el interior es de madera.
La momia del "Chico de oro" fue hallada en 1916 en un cementerio que estuvo activo entre los años 332 y 30 a.C. aproximadamente en Nag el-Hassay, en el sur de Egipto. Nunca había sido sometida a investigación.
Los expertos consideran que el "Chico de oro" es un “escaparate intacto” de las antiguas creencias egipcias sobre la vida después de la muerte en el periodo ptolemaico, el inmediatamente anterior al dominio romano de Egipto.
El estudio
El “Chico de oro” medía 128 centímetros y no se sabe la causa de su muerte, pero tenía una buena alimentación
El “Chico de oro” medía 128 centímetros y no se sabe la causa de su muerte.
Los 49 objetos habían sido cuidadosamente colocados sobre la momia, cada uno de ellos con un significado. Entre ellos había un amuleto de dos dedos, junto al pene, sin circuncidar; había un escarabajo de oro con forma de corazón, justamente dentro de la cavidad torácica, y una lengua de oro dentro de la boca.
Los objetos distribuidos por el cuerpo del chico explican cómo los egipcios no las tenían todas en el momento de morir. No era seguro que lograran el paso a otra vida similar, para ello había una excursión previa por el inframundo, que acababa en un juicio. Un buen embalsamamiento, con la simbología adecuada, podía ayudar a pasar ese examen.
Iba ataviado con sandalias y guirnaldas de helechos, de alto significado ritual en ese momento histórico. "Los antiguos egipcios estaban fascinados por las plantas y las flores y creían que poseían efectos sagrados y simbólicos. Se colocaban ramos de plantas y flores junto al difunto en el momento del entierro: así se hizo, por ejemplo, con las momias de los reyes del Imperio Nuevo Ahmose, Amenhotep I y Ramsés el Grande. También se ofrecían plantas al difunto en cada visita a los muertos durante las fiestas", explica en el estudio Sahar Saleem.
"Las sandalias –añade la autora- probablemente servían para que el niño pudiera salir andando del ataúd. Según el ritual egipcio del Libro de los Muertos, el difunto debía llevar sandalias blancas para estar piadoso y limpio en su nuevo camino”.
"El cuerpo de esta momia estaba ampliamente decorado con 49 amuletos, bellamente estilizados en una disposición única de tres columnas entre los pliegues de las envolturas y dentro de la cavidad corporal. Entre ellos figuran el Ojo de Horus, el escarabajo, el amuleto akhet del horizonte, la placenta, el Nudo de Isis y otros. Muchos eran de oro, otros de piedras semipreciosas, arcilla cocida o loza. Su finalidad era proteger el cuerpo y darle vitalidad en la otra vida", explica Saleem.
Los amuletos presentes en el “Chico de oro” son testimonio de una amplia gama de creencias egipcias: la lengua de oro, por ejemplo, aseguraba que en la vida siguiente el chaval podría hablar; el icono de Isis invocaba su poder para proteger el cuerpo; un amuleto en forma de ángulo recto aportaba equilibrio y nivelación; y los penachos dobles de halcón y avestruz representaban la dualidad de la vida espiritual y material.
El escarabajo del corazón se menciona en el capítulo 30 del Libro de los Muertos: era importante para el juicio del difunto"
"El escarabajo del corazón se menciona en el capítulo 30 del Libro de los Muertos: era importante para el juicio del difunto, porque silenciaba ese órgano el Día del Juicio, y de este modo no podía dar un testimonio contra de él", abunda.
El estudio ha permitido descubrir además que sus dientes y huesos estaban sanos y que su alimentación era buena, lo que unido al tipo de enterramiento desvela que con toda seguridad era un miembro de la nobleza o de las clases más favorecidas. La ausencia de muelas del juicio sitúa su edad entre los 14 y 15 años.
Un estudio similar, de la misma autora, fue considerado el año pasado “descubrimiento del año” por la revista norteamericana Archaeology.
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